Nace del proceso de acetificación natural de la sidra de manzana. De color caramelo, textura limpia y suave. En boca es generoso, con un toque dulzón y un final persistente.
Recomendado para todo tipo de ensaladas y en la preparación de aderezos. Dada su gran acidez es un producto de altas propiedades antisépticas lo que lo convierte en un excelente conservante natural.